RFID, útil a la vez polémico

La tecnología RFID se extiende a todos los ámbitos de la vida cotidiana. Lo que empezó como tecnología para identificar objetos se ha convertido en un medio factible para otros usos, desde el pasaporte, carnet de conducir, hasta la identificación de animales. Correos ha implantado el sistema por RFID para el control y seguimiento de las cartas, aunque ya la Agencia Española de Protección de Datos ha aclarado que sólo se podrá usar para prestar el servicio.

Los problemas empiezan con las posibles aplicaciones de control de las personas, bien directamente con implantes o de forma indirecta. El debate ético está en los límites del uso de esta tecnología que permite llegar a conocer con precisión (dependiendo del sistema concreto) la localización de los objetos y personas en una determinada área. En febrero Hitachi anunciaba chips RFID de un tamaño minúsculo, 0,4 x 0,4 mm., capaces de almacenar 38 dígitos de identificación única, que se han venido a llamar RFID en polvo.